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Javier Garaizábal Fontela, textos críticos


Javier Garaizábal Fontela
Javier Garaizábal Fontela
No quisiera robarte ni un minuto del tiempo que dedicas a tus meditaciones -porque tu pintura es meditación- pero no puedo resistir la tentación de obsesionarme con el recuerdo de aquellos primeros cuadros, hace ya muchos años, que tanto impresionaron a propios y extraños, "un luminoso tempo transparente, un feliz territorio de beleza" escribía sabiamente Fernán-Vello.
Dices que las exposiciones de Ceibe y Catro fueron una gran oportunidad. Relativamente. Sí, te di el arma para que luchases. Poco tiempo después ya habías ganado la guerra. A pesar de las diferencias lógicas y siempre superiores el hilo conductor nos permite reconocerte en tu nueva obra.
Ahora que todo es un gran derrumbe, pasos apresurados, historias agresivas, tu sigues tratando la vida -tu obra es vida- tal y como es, sin metamorfosearla, con esa suntuosidad y grandeza que estableces entre el hombre y su entorno. Las obras que nos presentas en esta exposición son elementales, cotidianas, te adueñas extraordinariamente de la realidad, que a veces quieres distorsionar, y en cada una de ellas nos descubres mas y mas esa armonía, esa luz tan difícil de crear, los colores transparentes haciendo brotar una maravillosa variedad de tonos frescos y sutiles, que derrochan lirismo. Es imposible desarrollar con mayor franqueza un tema, con exactitud de efectos, delicadeza de dibujo y excelente distribución de luz.
Y ante tanta complicación tú te empeñas en mostrarnos una forma de hacer sencilla. Así eres tú.
Em tu obra se perciben mensajes sociales -tan socorridos-. Toda ella es un mensaje social. Eres rotundo con la vitalidad y la gracia de tus figuras. A mi humilde entender ni siquiera buscas la belleza física sino la autenticidad de un arte completamente sincero.
Tu manera de hacer es tuya. Directa. Personal. Vital, poética, abierta, que comunica, mágica, imaginariam no ajustada a modelos concretos.
Tu obra y tú sois almas gemelas. Pocas veces se establece semejante simbiosis entre el artista y su obra.
Gracias, Javier, por este lujo de exposición, por darnos la oportunidad de gozar y aprender tanto
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Carmen Nievas
A Coruña, noviembre de 2005