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Javier Garaizábal Fontela, textos críticos


Javier Garaizábal Fontela
Javier Garaizábal Fontela
Pinturas de Javier Garaizábal
Los territorios son lugares a los que uno se acoge, en un afán que el destino dispone sin que quepa en ellos una raíz al margen de las emociones. En este sentido, el modo en que el artista manifiesta sus modos estéticos tiene mucho de la unión establecida con el lugar de procedencia, el cual parece atesorar unas constantes amparadas en la identificación regional.
Sucede a veces que de un lugar de procedencia se exponen modos dignificados en la lección plástica fuera del alcance a la relación por tal motivo, sin que la identidad de la obra dependa del entomo sino de la peculiar y personal concepción del artista.
Tal es el caso de Javier Garaizábal, un autor de origen gallego que en los postulados de su obra deja poco lugar a esa intromisión, casi imposible obviar, de un entomo tan evocador como es Galicia y su atmósfera tan cargada de referencias en la bruma y su paisaje.
Es la suya una obra que atesora un encanto arraigado en la utilización de la luz sin andamiajes tacitumos. Una luz de particular alegría resuelta en la virtud de unas pinceladas expresivas que van configurando lugares de sosiego en la insinuación reveladora de fecundidad placentera en leves contrapuntos cromáticos.
Naturalezas muertas, jardines, paisajes de encandilada apostura en la brevedad de la mirada o interiores de romántica concepción, se reparten como entomos luministas de la memoria que no cejan en buscar el suave tacto de las emociones a causa de un empeño deleitosopor avivar el juego sensitivo, abrazando una especie de eterna primavera, incipiente en sus compases, rotunda en su fecundidad y armoniosa como ejemplo y motivo para suscitar ese perpetuo encuentro con la pintura y sus posibilidades gestuales que acaricia veladas.

Juan Antonio Tinte
El Punto de las Artes, 27/05/2005