El pintor José Ramón

Páginas dedicadas a la pintura de José Ramón: comentarios críticos

"La alegría del color", exposición de pinturas de José Ramón en Santiago de Compostela
La obra actual de José Ramón refleja una evolución artística que puede entenderse de dos maneras; como un recorrido desde el neoimpresionismo de sus comienzos a la acertada combinación de arte figurativo y abstracción de la actualidad; o como un alejamiento progresivo del retrato y el paisaje realista hasta llegar al protagonismo del volumen y el ambiente geométrico, cuasicubista, que caracteriza a su pintura hoy. Dentro de un marcado eclecticismo, en el que se reconocen diversas influencias, ha sabido crear sin embargo un inconfundible estilo propio, en cierto modo indiferente a escuelas y movimientos pictóricos.
Artista hecho a sí mismo, con formación clásica y una excepcional técnica que estructura toda su obra, alcanzó el reconocimiento del publico y la critica sobre todo por pintar rincones de su tierra, siempre desde la base de un sólido dibujo. Galicia es la gran protagonista en su obra; marinas, monumentos, paisajes, muebles o grupos de personas en actividad, que encuentra en su día a día y que luego plasma en sus lienzos.
A través de los años y de sus propias vivencias, su estilo se ha ido desarrollando, ha ido cambiando, como cambian la vida, las técnicas y la propia inspiración; decía Picasso: "La calidad de un pintor depende de la cantidad de pasado que lleve consigo".
En su etapa actual, el pintor coruñés redescubre el color y se comunica con el público a través de una explosión de luz y alegría las claves de la obra que hoy expone en el Espacio de Arte de El Correo Gallego.
Los cuadros que integran esta muestra cuentan distintas historias, pero en todas ellas hay un hilo conductor, una unidad, porque el relato se teje a partir de las emociones positivas que el artista intenta provocar a través del color, y porque sus óleos y acuarelas nos hablan de su entorno, de lo cotidiano, pero también de lo colectivo y lo universal.
José Ramón nos presenta la lluvia, un mar de paraguas en cualquier plaza, los barcos en el puerto, mariscadoras, mujeres en el mercado, libros, personas conversando... Como suele decir, en su obra no hay improvisación, sino interpretación; en este caso, una interpretación colorista y alegre de la vida.
José Ramón no ignora la realidad del mundo en que vivimos, pero prefiere enfocarla desde el optimismo y la esperanza... En una conversación en el mercado, probablemente se escuchen quejas sobre los precios de los productos, pero el artista nos anima a centrarnos en el color de los vestidos y objetos de la escena... Un día de lluvia en la plaza del Obradoiro puede ser incómodo y gris; para él, es un mar de paraguas de vivos colores, pretiere verlo así. Y tiene toda la razón.
Mayra Machado, Delegada en Madrid del Grupo Correo Gallego

¿Qué es pintar?.
Después de años en mi profesión tengo la fuerza suficiente para creer en lo que sé. Yo trabajo cada día. Todas las mañanas entro en mi estudio con ilusión. Luego ciernen las dudas, las penas. Pintar me produce un placer infinito, pero también angustia. Mi trabajo suele ser demasiado lento, pero es necesario si no se quiere perderlo. Pintar todo lo que se experimenta, y traducir todo lo que se siente. Pintar es una liberación, pero es también un trabajo duro. La soledad del estudio, un replegamiento con uno mismo, consciente, crítico y lucha. Pintar es libertad interior, instinto, ingenuidad y exquisita inteligencia. La pintura es el detenerse para reforzar la mirada y alimentar el espíritu.
La originalidad de lo “nuevo” perturba el sentimiento histórico de lo ya admitido. Pocos son los que se paran un momento, en situación receptiva, desprendidos de lo aprendido, para recibir una emoción solamente, por el color o la forma, sin otra presencia, sin anécdota o referencia que distraiga su comunicación. Si dejamos el concepto de belleza aprendido y nos disponemos a abrir la ventana para que penetre el aire de la emoción por si misma, nos sobrecogerá el silencio de un color, y entre el y nosotros se establecerá la comunicación, en la cual consiste la verdadera experiencia estética. Las interferencias habrían desaparecido y el hombre, a través de la obra de arte, se enfrentará consigo mismo y su destino.
La obra no debe explicarse y debe de hablar por si misma. La creatividad individual, producto de la imaginación es la verdadera belleza, es la posibilidad que nos na traído la libertad espiritual de comunicarnos en vías de entendimiento.
José Ramón, pintor. Coruña junio de 2012

Lolita Valiño, Seijo Rubio y Luis Quintas Goyanes dotaron a José Ramón de una sólida formación y de un dominio técnico que ha estructurado su obra. Hablar de la pintura de José Ramón es hablar de oficio y de profunda honradez profesional. José Ramón es un trabajador y un luchador. Es un trabajador porque dedica muchas horas al día, prácticamente todos los días del año, a cuidar hasta el más mínimo detalle de su obra. No trata de engañar a nadie, ofrece una obra sincera, sin trucos y quiero afirmar hoy que a mi me gusta la obra de José Ramón desde que la conocí cuando era muy joven y acompañaba a mis padres hasta su galería.
Fragmento de la presentación de su exposición "Diez años después", en el Ayuntamiento de Coruña. (leer mas...)

Dibujos, acuarelas y un óleo, (que es un bello y expresivo boceto para un mural), constituyen la múltiple muestra que hace José Ramón de su arte. Un arte fino, de honda sensibilidad, encomendada a una mano segura, agilísima para el trazo, y a un ojo crítico a la hora de captar el motivo y el matiz en que se esconde la belleza. Una belleza plural, la del paisaje natural o urbano, la del trabajo en plena acción, nunca como símbolo o reclamo, y la de las gentes que pasan de un lado a otro, indiferentes y lejanas o próximas e interesadas en un asunto determinado. En todo caso, protagonistas predilectos -junto con casas, árboles, mar y montañas- de José Ramón.
F.J. Alcántara, exposición 1962,  Asociación de Artistas de Coruña

Siempre ha habido y sigue habiendo en la crítica pictórica frecuentes errores al etiquetar una tendencia plástica. Se suele identificar el realismo con el academicismo, o calificar de naturalista la obra que es, sin más, realista. En esto de los “ismos” pictóricos reina sobrada confusión. A José Ramón se le ha situado dentro de un neo-realismo que no alcanzo a descubrir. Tanto en sus dibujos como en sus óleos se muestra, por el contrario, que están situados dentro del tradicional naturalismo. Y esto en forma acusada en sus retratos, de tan viva identificación expresiva. Pero significar que la obra de José Ramón es encuadrable en un naturalismo, mas o menos tradicional, no es minimizar su creación plástica, como no lo es calificar a Zola de naturalista frente al Balzac realista. Ambos son dos novelistas que simplemente poseen una óptica distinta del orbe en torno a sí. No otra cosa acontece con José Ramón.
Luciano del Rio. Exposición Galería Torrado

Y en este mundillo del arte, vuelve a triunfar, esta vez en Lugo, el coruñés José Ramón, que lleva a las tierres lucenses el calor y el color de nuestros paisajes marinedinos, donde no faltan los temas marineros y las galerías, cosa que todo coruñés está en la obligación moral del plasmar dentro de su propio mundo artístico. El pintor José Ramón, una vez más, triunfando en la región. Esta vez en Lugo, como ayer en Ferrol y otras ciudades. Nuestra felicitación más entusiasta por sus triunfos merecidísimos.
J.C.B. Radio Juventud de Galicia

La obra de José Ramón, comunica el acento de lo gallego, sus gentes, su cielo, sus tierras. Sobre ella pasa una expresión melancólica, un mundo que se impregna de una realidad no distorsionada. La medida de su calidad de artista, quedo bien patente en la expresión de los recursos de un oficio conocido de forma profunda. Pero sobre ello domina el sentimiento. José Ramón ama lo que pinta y los problemas plásticos que resuelve estén impregnados de esta circunstancia. Su colorido es amplio en matices. Colores inventados que en la lejanía nos sitúa en la órbita de los poemas de Rosalía de Castro.
Calidad y corazón en su trabajo nos sitúa ante un artista que ensalza su tierra universalizándola.
Antonio Fernández Molina. Crítico de Arte, Zaragoza