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Miguel Ángel Macía, textos críticos

De arte. Óleos y dibujos de Macía
Macía, joven artista, pero ya con muchas horas "de vuelo" en pintura, cuelga estos días una serie de cuadros en la Sala de Arte del Banco de Crédito e Inversiones. En ellos se nota, en algunas obras de pequeño formato, de suave entonación y corta pincelada, las primeras épocas de su arte. Pero, por decirlo así, quedan desbordadas por su técnica nueva, vigorosa y colorista, con materia pictórica abundante, con simplificación de elementos expresivos, con la utilización de los colores primarios como base, entre los que el amarillo destaca de modo preferente.
Es un claro y bien logrado acercamiento al elementalismo que creara Doesburgo.
Es un cuadro de gran formato y complicada composición, Macía, empleando pinceles de grueso pelo y otros más suaves y con la oportuna ayuda de la espátula, logra calidades tonales de gran efecto. No faltan cuadros de suave entonación e incluso ejecutados con grises -el número 32 es de diñcil ejecución y limpieza en esta tona1idad-. Algunas marinas y otros cuadros se separan de la nueva tendencia de Macía.
Pero es en el cuadro 31 -un bodegón- donde el artista culmina su adhesión a la nueva técnica. Las formas, sin ser impresionistas, se reducen casi a efectos de luz de diversa coloración. Sobre una mancha clara se insinúa más que se ve un recipiente. En este cuadro, -el más perfecto de ejecución en mi modesta opinión- como en muchos otros, Macía gusta de planos, que, al modo de Georges Roualt, cubre con abundancia de materia plástica extendida en varias direcciones, a fin de lograr la refracción de la luz, pero sin la violencia que caracteriza la obra de otros artistas contemporáneos.
Hay en el cuadro número 20 una tendencia a acercarse al nuevo impresionísmo francés. El encuadre de las figuras es perfecto, al hacer destacar las del centro mediante el desdibujado de otras y del fondo, todo en una grata entonación y en una rápida visión de la escena representada.
En la exposición hay temática lucense, con representación de Plaza del Campo, y abunda también el tema del gaiteiro, ya aislado ya formando parte de grupos en cuadros de gran formato. Entre los de paisaje yo destacaría el cuadro 17, muy entonado y bien organizados los elementos, entre los que pasa -diróa que discretamente- el río.
José Trapero Pardo. Diario El Progreso, junio 1982.
(José Trapero Pardo, periodista y crítico de arte, (Castro de Rei, 1900- Lugo, 1995)